Alejandro Bollana — Sustentabilidad
Entrevistas proyecto diseño+
Estuvimos conversando con Alejandro Bollano, sobre cómo su paso en el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires lo introdujo al mundo de los concursos de innovación abierta de alcance global (NASA, Kura Kura Bali, etc.); con los cuales llegó a ganar y/o ser finalista con su dupla de proyectos. También, nos comentó sobre su foco de trabajo en la sustentabilidad y la importancia que deben tener en el mundo del diseño.
Alejandro, ¿Nos podrías hacer una mini intro sobre quién sos y tu profesión?
-Les cuento, académicamente yo soy diseñador industrial, pero en los últimos años me dediqué a lo que es innovación estratégica enfocada a desarrollo sostenible. Justo cuando empezaba a hacer la transición de diseñador industrial (o “tradicional”), a lo que es la figura del consultor en innovación estratégica en el Gobierno de la Ciudad, y ahí empezó esa transformación.
Lo primero que les puedo contar de mí es eso, que tuve primero una primera etapa previa de práctica profesional como diseñador industrial, donde trabajé en diferentes áreas de diseño, pero donde más experiencia acumulé fue en arquitectura. Después llegó un momento donde necesitaba realizar un cambio y salió la oportunidad de empezar a trabajar en el Gobierno de la Ciudad (GCBA), y ahí fue donde pude absorber lo que fueron las nuevas tendencias y la metodología de trabajo.
-Contanos un poco más cómo fue tu experiencia trabajando en el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires
-Concretamente trabajé en la Gerencia de Diseño de Experiencia Ciudadana, con el objetivo de validar algunos de los puntos de contacto que tenían los servicios del GCBA con el usuario, específicamente para el servicio de WiFi en vía pública.
En ese momento, creo que todavía no era tan consciente y creo que las organizaciones todavía no tenían identificado el rol de product manager, me parece que ahí empezó la transformación de mi perfil de diseñador industrial hacia ese lado. En ese rol intervine no sólo en las variables proyectuales de diseño, sino también en las variables de negocio y en el conocimiento técnico que tiene que tener todo ese proyecto, como para ir alineando todas esas variables y hacer que avance.
En el segundo año me tocó trabajar con el Plan de Sensorización del GCBA, hacer todo el despliegue de estos dispositivos; y muy relacionado a eso, otro proyecto que se llamaba Urban Lab internamente, que tenía que ver una prueba de concepto de diferentes soluciones de Ciudades Inteligentes.
Ahí fui aprendiendo y contactando con empresas con las que después terminé generando otro tipo de sinergia y de colaboraciones. Parte de ese rol era entrevistar empresas que ofrecían sus soluciones al GCBA, entonces ahí tuve muchas reuniones y siempre me quedaba el diferencial de cada una en la cabeza. Después cuando pasé a la otra etapa de ser emprendedor, ya tenía conocimiento de las empresas del ecosistema local y demás, los nuevos modelos de colaboración y negocio que traían estas soluciones.
-Nos podés contar cómo empezaste a participar de challenges a nivel mundial como emprendedor. Sabemos que fuiste finalista en dos que organizó NASA y otro que resultaste ganador de un proyectos para una isla de Bali
-Si, en el Gobierno conocí a Charly Karamanian, que estaba trabajando en la Subsecretaría como Subgerente de Ciudad Moderna y Sustentable, área encargada de todos los proyectos con impacto ambiental positivo. Me acuerdo que para finales del 2016 Charly me planteó participar de un desafío de Innovación Abierta, a través de una de las plataformas más conocidas.
Estamos hablando de un proyecto de alcance global, y como me interesaba trabajar con él y empezar a explorar algunas otras alternativas, nos inscribimos en el concurso; participamos y nos fue muy bien porque llegamos hasta la final. Estaba organizado por la NASA, o en realidad NASA Tournament LABS, que es una de las divisiones de Innovación Abierta de ellos. Y si bien no ganamos un premio, fue el más importante para nosotros por diferentes motivos. Encontramos un formato de laburo, fue al inicio algo que decidimos hacer para probar, y en ese proceso pudimos elaborar la dinámica para trabajar a distancia.
Después ocurrió algo que nos sorprendió a todos: ese concurso en particular, tanto para NASA como para Hero X (que es la plataforma que organizó el desafío), fue el más convocante de los desafíos de Innovación Abierta, con cerca de 22.000 suscripciones. Así que haber podido terminar entre los veinticuatro finalistas fue todo un logro que tuvo muchísima repercusión.
Después decidimos seguir probando con este formato de trabajo, y nos propusimos participar en al menos un desafío de Innovación Abierta por año. Nos siguió yendo bien, siendo parte en total de seis desafíos, de los cuales ganamos cuatro. Eso fue hasta principio de este año que ocurrió todo esto (de la pandemia).
Volviendo al inicio de la conversación, me encontré trabajando y haciendo algo totalmente distinto a lo que hubiera imaginado mientras estaba haciendo la carrera en la universidad, o estaba empezando a trabajar en el GCBA.
-Esos desafíos a los que te presentás, ¿los arroja la plataforma acerca de una problemática específica o ustedes siempre se presentan con el mismo proyecto?
-Es importante y a mí me interesa siempre marcar la diferencia entre un concurso de diseño, una convocatoria y lo que es Innovación Abierta. Esto último involucra toda la dinámica que tienen las organizaciones para incorporar innovación de recursos externos, entonces las plataformas lo que hacen es mediar entre el ecosistema innovador global y estas empresas u organizaciones (porque no son siempre empresas privadas, sino también hay organizaciones gubernamentales y ONGs). Mediar, diseñar la convocatoria de acuerdo a los objetivos que tengan dichas organizaciones y armar la dinámica del desafío.
Cada desafío es diferente, por lo tanto cada propuesta, al menos en el formato en el que nosotros trabajamos y la forma en que lo encaramos es diferente. También ahí me parece interesantísima la pregunta, depende del objetivo que tenga el equipo.
-¿Cuál es tu visión sobre los concursos para emprendedores? Ya que existe el debate acerca de si es preferible dar dinero o brindar herramientas.
-A mí me parece que son dos cosas distintas. De nuevo, dentro del universo de Innovación Abierta hay diferentes convocatorias con diferentes objetivos. Hay organizaciones que van a buscar una determinada solución, hay otras que arman las convocatorias simplemente para buscar cantidad de ideas, otras que buscan reclutar gente o capturar talentos, y evaluar de forma más rápida y efectiva una convocatoria, con lo cual del lado de las organizaciones hay muchos objetivos.
Yo creo que para que el ecosistema de innovación funcione se tiene que dar una triple relación, el incentivo tiene que venir de los dos lados. Una triple relación de buenas políticas públicas, generando espacios, el sector privado inyectando capital o recursos, y el ecosistema emprendedor o profesional participando activamente de todo esto. Los desafíos en los que participamos lo hacíamos para tratar de trascender el ecosistema local, como ejercicio profesional, y en última instancia con un rédito económico, pero no era el fin último.
-¿Qué de todo lo que aprendiste en el GCBA pudiste implementar a la hora de planificar los proyectos en los que concursante como emprendedor?
-Lo que me llevé como experiencia es poder tener una visión integral de los proyectos, tanto en la dimensión proyectual de diseño, como en la de negocio y la tecnológica -la viabilidad-.
En el GCBA me tocó ejercer en esas tres dimensiones, y eso después también lo pude aplicar en la etapa de los desafíos. Haber trabajado en un área gubernamental relacionada directamente a políticas de Ciudad Inteligente también valió, y creo que tuvo su impacto a la hora de vendernos como profesionales dentro del certamen. Tres de los desafíos que participamos estaban relacionados con la temática de Ciudades Inteligentes.
El proyecto de Bali trataba de mejorar el área de una isla y era una solución urbanística con diferentes verticales relacionadas a Ciudades Inteligentes, y la mitad de los auspiciantes y del jurado eran referentes del sector público. El de Enel pedía soluciones innovadoras para postes de alumbrado público, y el conocimiento, la investigación de cómo se administra el equipamiento urbano o el conocimiento de las soluciones que ya existían, lo había adquirido trabajando en el GCBA. Entonces quizás eso me permitió darme cuenta que había que plantear algo nuevo a lo que ya se estaba implementando. Y en el desafío de Volkswagen pedía nuevas ideas tomando datos de movilidad urbana, y en el gobierno me tocó en un momento investigar lo que es ITS, Sistemas Integrados de Transporte.
-Con respecto al diseño ganador de la Isla de Bali, ¿nos podés contar la manera sustentable en la que abordaron ese proyecto?
El desafío de Bali duró casi un año, todo el desarrollo del proyecto y demás, el resto suele durar entre tres y cuatro meses, pero ese se extendió a casi un año. Hay miles de instancias, aprendizajes y metodologías aplicadas.
Lo desarrollamos desde la biomimética o la bioinspiración, que son todas estas metodologías de imitación de los sistemas de la naturaleza como enfoque disruptivo, para las primeras etapas de abordaje hacia las problemáticas, y después resultó también que nos sirvió para el desarrollo en etapas posteriores.
Fue una decisión estratégica que adoptamos como equipo no solo en ese, sino en todos los proyectos. Nos parecía primero interesante como enfoque disruptivo, si íbamos a participar en diferentes lugares. Decidimos hacerlo, como le gusta decir a Charly “aprovechando los 3.800 millones de años de experiencia que tiene la naturaleza” en innovación y desarrollo.
Nos dimos cuenta que en el mundo se está considerando cada vez más esto porque es indiscutible que en la naturaleza está todo tan resuelto de manera tan eficiente que vale la pena incorporarlo en la dinámica del proyectual, porque imitando eso sabemos -al menos- que vamos a mejorar la productividad de lo que estemos haciendo. Y después, en última instancia, vamos a hacerlo de manera responsable con el impacto que pueda tener la solución en cuestión.
-En cuanto a lo que podemos hacer los diseñadores, ¿Cómo podríamos incorporar actitudes más sustentables en nuestro día a día y en las organizaciones/proyectos donde trabajamos?
-Uno se puede involucrar con el desarrollo sostenible desde el punto de vista del consumidor, que somos todxs en esta sociedad moderna. Creo que todxs tenemos la oportunidad y la responsabilidad de hacerlo, sin llegar a meternos en el ámbito profesional. Hoy hay tanta información para hacerlo que ni vale la pena mencionarla, pero está bueno que uno se levante todos los días y entienda que hay que clasificar basura, adquirir buenos hábitos. Yendo al ámbito profesional hay varias cosas. Lo primero que puede recomendar es trabajar directamente con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) que propone la ONU.
Haciendo como un resumen rápido, a principios del 2000, la Organización de las Naciones Unidas lanzó los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM), en los cuales fijaba una serie de quince objetivos para mejorar el desarrollo humano en todas las dimensiones, establecía estándares y demás. Al cabo de diez años se hizo una evaluación de esos objetivos y se vio que no se estaban logrando el resultado de la agenda. Entonces hubo un replanteo en los ODS, que son diecisiete al dia de hoy.
Se propuso un marco de trabajo que involucra a toda persona, profesional u organización que habite este planeta, trascendiendo los objetivos de desarrollo para mejorar el impacto ambiental, ya que la sostenibilidad refiere a tres pilares: económico, social y ambiental. Dentro de esos ODS se encuentran ejes verticales para encauzar iniciativas en las problemáticas diversas, desde género hasta ambientales, relacionadas a leyes de trabajo, incorporación e implementación de nuevas tecnologías, etc.
Los ODS aportan información y consensos, es básicamente un gran marco de trabajo global. Dentro de ellos hay información para que podamos entender realmente qué es lo que está pasando en el mundo con datos cuantitativos y cualitativos, hay información estratégica y data dura acerca de qué es lo que se puede hacer. Así que lo primero que primero recomiendo es investigar sobre eso. A mi me ayudo mucho a fijar el propósito de desempeño profesional cien por cien. Yo se que hoy todos los proyectos que encaro tiene que estar dentro del ODS número 12, el 8, el 9… que son los que me permiten capitalizar más mi experiencia.
-No hay excusa para no implementarlas entonces, porque a veces unx tiende a tener este pensamiento de “tengo que estar en una empresa que sea súper sustentable o en el gobierno para hacer X cosa” (…)
-Está bueno cómo lo mencionás y hablás de excusas. Yo creo que hoy tenemos dos cosas: oportunidad y responsabilidad, como ciudadanos y como profesionales.
Oportunidad porque estamos viviendo una etapa de cambio en todo sentido, pero sobre todo estamos viviendo una revolución tecnológica, por más que todavía no esté declarada, está pasando. Están quedando obsoletos muchos modelos económicos, productivos, y tenemos la responsabilidad de tomar acción.
Entonces, me parece que yendo un poco más allá, tendríamos que hablar de compromiso y responsabilidad. La ONU, con su agenda de sus diecisiete ODS, llamó a esta década “la década de la acción”. Empezar a implementar cambios reales para que esos indicadores dejen de ser tan alarmantes. Todas las proyecciones están hechas hasta el 2050. La verdad que son muy poco alentadores.
-Hablando de sustentabilidad, la casa de Charly Karamandian salió en la Revista Living y es una de las primeras casas totalmente sustentables de Argentina, ¿no?
-Charly es un emprendedor sustentable. Empezó su carrera así, a partir del proyecto de la “Casa G”, que es su propia casa, la primera casa sustentable de Latinoamérica.
Con ese proyecto se presentó en los premios Latinoamérica Verde, que es son “los Óscar de la sustentabilidad”, y fue el primer ganador de esos premios. Ahí tomó impulso para seguir dedicándose al desarrollo sostenible ambiental, sabe mucho del tema. Está ahí hace como siete años, hoy ya hay varias casas sustentables, posiblemente con mejor tecnología y sistemas de regeneración.
Él actualmente está trabajando en una empresa multinacional relacionada a uno de sus temas favoritos que es utilización de energía e innovación, y yo estoy por otro lado enfocado trabajando a nivel local.
Para cerrar, ¿Nos podrías recomendar cómo prepararnos para participar de concursos y/o iniciativas en los que algunxs de nuestrxs lectores se animen a postular?
-Concretamente para lo que es IA(Inteligencia Artificial) hay 3 plataformas que son las que lideran el mercado. Una se llama Hero X, que es auspiciada por Singularity University, Peter Diamandis es uno de los fundadores y está auspiciada por empresas grandes. Otra de las plataformas es InnoCentive, que está auspiciada por diferentes comunidades científicas. Y después, hay otra plataforma más que se llama Solve MIT, que está auspiciada obviamente por el MIT, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y también por la ONU. Es muy interesante. Cada una tiene su diferencial.
Hero X está más enfocada a lo que es innovación aplicada o futurismo, y la mayor parte de las organizaciones como NASA, postean sus desafíos ahí. InnoCentive tiene convocatorias mucho más orientadas a ciencia y tecnología, innovaciones en ciencia básica aplicada como puede ser estudios en biología molecular, nuevas soluciones para la cura del cáncer, etc. Y Solve MIT está muy buena porque está más orientada a desarrollo social y/o problemáticas de trabajo.
Otra cosa que recomiendo es un curso virtual de innovación abierta que está dictando el Gobierno Nacional. Es un concurso que está muy bien armado y certificado, es a distancia y trata toda la teoría de lo que es IA y cómo incorporarlo como metodología. Me parece importante hacer ese curso, que es gratis, y en el cual hay muy buenos referentes locales.
Después si hay interés en una problemática en particular, hay que investigar en esa dirección, ya que seguro hay alguien ya que se está ocupando de que se acceda a la información. Hoy vivimos una etapa privilegiada de acceso a la información, y tenemos mucho tiempo libre delante de la computadora para aprovechar.
Si querés saber más sobre Alejandro podés encontrarlo en Linkedin o leer los artículos de sus proyectos finalistas como Kura Kura Bali o NASA Challenge.
Te recordamos que se pueden ver pequeños fragmentos en video de la entrevista en el perfil de Instagram de este proyecto.